Lilja 4-ever

Lilja es una chica de dieciséis años que vive en algún suburbio de la antigua Unión Soviética y es abandonada por su madre. Ésta renuncia a su tutela por el sueño americano, mientras la niña se ve obligada a seguir viviendo cada vez de forma más precaria.

Este es el planteamiento inicial de Lilja 4-ever, co-producción sueco-danesa del 2002. Dirigida por un desconocido, al menos para mí, Lukas Moodysson, quién se atreve a mostrar la cara menos amable de la prostitución, explotación y tráfico de menores. Aunque tanta dura realidad nos viene combinada con la amistad que se profesan Lilja y Volodja, un niño de once años que, maltratado por sus padres, vive prácticamente en la calle. Sin dinero para comer, ni un sitio dónde refugiarse, ambos son capaces de sacarle una sonrisa a la vida de mierda que les ha tocado vivir.

Aunque técnicamente podría mejorarse y con un desarrollo algo lento, esta película tiene el don de tocar sensibilidades y de hacernos ver mundos tan desconocidos a la par que socialmente ignorados. Por otra parte, gran interpretación de Oksana Akinshina en el papel de una niña que sueña con tener una maleta rosa y unos lápices de colores.