Hace dos meses empecé un curso intensivo de guión para recordarme a mi misma porqué había decidido dedicarme a esto. Recuerdo que el primer día llegué allí tirititando, que no de frío sino de los nervios, porque qué vergüenza me da esto de conocer gente nueva y hacer cosas en grupo. Menos mal que con la edad voy notando que la timidez está de más y que, normalmente, me sobra.
Total, volviendo al tema, que con el curso empecé a escribir el guión de un corto que, afortunadamente, ya he acabado, y del cual estoy sorprendendemente bastante orgullosa. No es una obra maestra ni mucho menos, pero creo que es el principio de un camino en el que poder llevar a cabo aquellos sueños que había enterrado en un cajón hace ya tiempo... La desilusión mata; esa sensación de hacer algo a desgana es una sentencia de muerte, al menos para mí, que hacía mucho tiempo que no sentía ese gusanillo en el estomágo de disfrutar lo que uno hace con su vida. Estos próximos días se adivinan flojos y un tanto delirantes...más que nada porqué debo empezar la temida búsqueda de algún trabajo que me permita vivir dignamente y que, a poder ser, me mantenga en este sector.
A todo esto, llevo semanas intentando ponerle un título al guión de mi corto... Y a cada cual me parece más horrible... ¿Cuál se supone que es la esencia de un título? ¿Qué debe condensar? A servidora le gustan los títulos rotundos, sonoros, aquellos que no se andan con rodeos y van directos al corazón, cortos o largos, que más da...Algo así como As de corazones, qué ternura.
Mientras seguiré buscando título, qué remedio...
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