El abuelo

Mi abuelo es medio sordo, o al menos se hace el sordo, todavía no he llegado a una conclusión definitiva. Mi abuelo tiene, mediante tecnología casera, casi todos los sonidos de su casa amplificados. El timbre, la tele, la minicadena, suenan a un volumen más alto de lo normal para que él lo oiga. Incluso ha colocado un piloto rojo encima de la tele, a modo de sirena de policía, que se enciende cada vez que suena el teléfono. Qué ingenio. Toda mi familia, incluida yo, nos vemos obligados a aumentar nuestro tono de voz considerablemente para comunicarnos con él. Además, por si esto fuera poco, mi abuelo se caracteriza por tener una voz ronca y hablar más bajito de lo normal, ya que hace mucho le extirparon un par de cuerdas vocales. Así que mi abuelo, además de ser sordo, es medio mudo, o salvando las distancias, sordomudo.
Mi abuelo es hombre de pocas palabras. Cuando hablo con él, ya sea en persona o por teléfono, siempre se limita a preguntar qué tal, cómo va la escuela y poco más, lo que se traduce frecuentemente en un único minuto de conversación, en dos como mucho cuando está inspirado.
A todo esto, mi abuelo es un hombre profundamente cabezón, lo que implica que cuando cree tener la razón, la tiene y punto. Teniendo en cuenta sus capacidades limitadas para oír y hablar, cada comida familiar se convierte en una lucha por tener la palabra, ya que dice que nunca le dejamos hablar y que gritamos mucho.
Sin embargo, hace tiempo que le doy vueltas al hecho de que mi abuelo es más listo de lo que parece. Cuando hablo con él, sus respuestas se limitan a ser monosílabos como sí, no o ah, qué bien, hecho que evidentemente reduce nuestra comunicación nieta-abuelo a algo un poco superficial. Cuando digo que es más listo de lo que parece, es que cada vez estoy más convencida de que mi abuelo suele hacerse el sordo y el mudo, seguramente porqué no oye lo que le decimos y por lo tanto, no puede opinar. Aún así, creo que no pone mucho esfuerzo en ello y se ha acostumbrado a vivir de esta manera, inventando en su cabeza las conversaciones que realmente no puede o no quiere tener. Por ejemplo, nunca me ha hablado de la muerte de su madre cuando sólo era un niño, o de cómo vivió la guerra civil. Seguramente porqué le duele menos estarse callado.
Así que sospecho que mi abuelo debe tener una imaginación infinita y un mundo interior nunca explorado, lo que hace que yo lo considere como un diamante en bruto. Ya dicen que a veces, el mundo real es tan cruel, que uno se ve obligado a crearse mundos propios.

1 comentario:

  1. Seguramente es lo que sucede con tu abuelo. Aunque conozco a muchas personas que viven en silencio por otras razones.

    Muchos, muchos besos :D

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