Si algo se me da mal en esta vida es hablar de mí; exponer una lista de cualidades positivas sobre mi persona me resulta tremendamente complicado. Supongo que cómo cualquier ser humano, a todos se nos da mejor contar nuestros defectos, y así luego ¡podemos sorprender!
Bromas a parte, mi querido profesor Pep Colomer - y digo querido, porqué he disfrutado en sus clases -, va y nos encarga hacer un anuncio que consiste en ¡venderse a una misma!
Otra vez mi gesto habitual, ojos fuera de las órbitas y manos a la cabeza. Sin embargo, como buena maestra en decir las cosas sin decirlas - entiéndase explicarse con metáforas -, conseguí ponerme un buen precio, y de paso, una buena nota.
Difícil de entender, pero no imposible. Nada lo es.
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