Aire

Cierra los ojos y teclea. Sus dedos dominan a la perfección la posición de cada letra, de cada punto, de cada acento. Recuerda cuando de niña escribía con un solo dedo y con lentitud, o incluso cuando antes de tener un ordenador pasaba horas frente a la máquina de escribir que le había regalado su padre. Con la máquina no había posibilidad de error, si había una falta de ortografía se corregía a la vieja usanza. Ahora es tan simple como apretar un botón y empezar de nuevo. En cuestión de segundos uno puede reescribir la historia a golpe de teclado, haciendo y deshaciendo sin esfuerzo alguno. Le parece que en este tiempo, en el que casi todo funciona con la última tecnología, el valor de las palabras se ha banalizado. Siempre ha sabido que si ella fuera una palabra sería aire, porqué encuentra elegancia en su sonoridad y porqué es imprescindible para vivir. Y porqué al igual que la tecla suprimir, cuando pasa se lleva consigo todos los errores cometidos.

1 comentario:

  1. Bravo!!!
    Tengo que reconocer que me ha encantado.
    Yo siempre seré agua, que lo arrastra todo a su paso...
    Nada más maravilloso que aquellas páginas escritas que guardo con tanto cuidado a pesar del paso del tiempo y de su color amarillo. Esto es más fácil, pero mucho menos bonito.

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