¿Quién usa las Páginas Amarillas?

Tengo 22 años, y creo acordarme que a lo largo de mi vida habré usado las Páginas Amarillas como máximo unas 15 veces, y la mayoría de ellas seguramente ha sido para buscar el teléfono del restaurante chino de la esquina en un domingo de resaca. Da qué pensar, ¿no? Todos los años, todos y cada uno de los habitantes de este país, recibe su libro amarillo de forma gratuita.
Juraría que actualmente la mayoría de personas recurre antes a Internet para buscar cualquier información empresarial, que además de ser mucho más rápido, resulta que en la red ¡también existen las Páginas Amarillas! Más fácil imposible, y ciertamente, pongo la mano en el fuego de que siguen siendo amarillas. Algunos se atreverían a afirmar que esto es una muestra más de que se está perdiendo la magia de buscar la información en los libros, idea que personalmente más o menos comparto, pero no nos engañemos, buscar algo en las Páginas Amarillas es tarea de chinos.
A todo esto, hemos de tener en cuenta el enorme gasto de papel que supone fabricar un libro amarillo para cada español. ¿Cuánta gente hay ya en este país? ¿40 millones de personas? Haciendo un cálculo aproximativo del % de la población adulta en España, ¿eso significa que cada año se fabrican 20 millones de nuestra guía preferida? Fascinante.
Ahí va cuando mi profesor de Procesos y técnicas creativas nos encarga una práctica para plasmar esta realidad. Creo que no se informó de que Las Páginas se fabrican con papel reciclado y recicable, pero la buena intención es lo que cuenta.

A mí, más que ser útiles me estorban, sobre todo a la hora de limpiar y quitar el polvo; pero cual figura flamenca situada encima de la televisión, ¿que sería de una casa sin sus tradicionales Páginas Amarillas?




Práctica creatividad

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